miércoles, 14 de abril de 2010

Historias de Barrio

Eliseo Morales: la opción por los pobres

Por Horacio Ramos*

1933. En este año, un día de mayo y en el Parque de los Patricios, nacía Eliseo Morales. En un viejo corralón, con casilla y patio de tierra, donde el olor a pasto y bosta se entreveraba con el que despedían las plantas que su madre, doña Amalia Ruíz, brasileña, cuidaba con esmero. Su padre, don Armando, un oriental de Rivera, medio anarco, medio socialista, severo pero muy laburante, repartía desde la madrugada el café “La Sultana”, haciendo trotar su caballo por las calles de Buenos Aires, sumergida en una crisis lacerante. Eliseo se crió bajo un techo en el que confluían agobio y bondad, munido de la inventiva delirante de los chiquilines sin juguetes.
Cuando la familia se mudó a Villa Luro, encontró allí la pelota y la escuela; también la parroquia de San Ramón, donde comenzó su militancia en la Acción Católica. Pensó, entonces, que el mensaje del Nazareno le brindaba el significado de la solidaridad sin excusas, un testimonio permanente contra las injusticias; de ahí en más, el Seminario de Devoto lo tuvo como inquilino durante diez años. Con el correr del tiempo, su vida sacerdotal transcurrió entre luces y sombras, aciertos y fracasos, pero con la firme consecuencia de vivir el Evangelio con su pueblo. Siempre se aferró a su convicción de que: “no hay resurrección sin participar del martirio de los pobres; sólo es posible `salir´ con ellos, para revivir con ellos.”

Alrededor de 1975, Eliseo se fue a vivir con el primer grupo de pibes a una casita pre - fabricada; así, humildemente, nacen los “Hogares La Paz”, concebidos como un campo opuesto a los reformatorios, hueco que el sistema tiene reservado para la demolición de los muchachos o para modelarlos a su gusto, y convertirlos en mano de obra barata. Porque su consigna es clara: adaptación o muerte. En cambio, Eliseo concibió “Los Hogares” como un terreno fértil, donde cada chico de la calle se sintiera libre como los pájaros, en su propia casa. Al respecto, él solía decir:”nos sostenemos con el trabajo de cada uno y las decisiones las tomamos entre todos. Nuestra libertad es un preciado bien que defendemos a capa y espada.”
Cuando el verano del 2001 se descolgaba por el paisaje del suburbio, el padre Eliseo Morales, asediado por una antigua dolencia que jamás le dio tregua, hizo un alto definitivo en su camino pletórico de luchas y esperanzas. No es extraño, entonces, que al rescatar la personalidad de este compañero del alma que fue Eliseo, a este cronista le regresen aquellas palabras que él le transmitiera una tarde de otoño del ´98, entre mate y mate: “Esta vocación de entrega a los otros, de tenaz exploración de la Utopía, para mí surge en Jesús, continúa en mi viejo, se prolonga en mis queridos maestros del Seminario y persiste en mis pibes. De éstos aprendo cada día más. No quiero otro camino. Y por supuesto, seré sacerdote hasta el latido final.”


* Escritor y periodista. Integra el Consejo de Redacción de la revista “Tesis 11”, y es director del periódico digital “Nuevos Aires”, editado en Avellaneda.

Seja o primeiro a comentar

Publicar un comentario

El Solidario © 2008. Template by Dicas Blogger.

TOPO