jueves, 20 de mayo de 2010

“No hemos perdido los rasgos que nos hacen seres humanos, hay cosas que todavía se conservan y eso sucede con la temática de la Solidaridad”


El Padre Marcelo Quintana, Vicario de la Catedral de la Ciudad de Avellaneda Nuestra Señora de la Asunción , afirma que hoy mas que nunca la caridad debe ser un pilar para el trabajo de las problemáticas sociales.
Por Rosa Giordano

¿Cómo ve desde su lugar en la Iglesia la temática de la solidaridad hoy en día?

Desde lo que uno ve y vive también, las instituciones y movimientos están en crisis porque acompañan el movimiento del país pero en muchas formas desde lo vivido últimamente ha despertado, ha resurgido este tema de poder ayudar , cuando surgen situaciones de tragedia como sucedió en Haití y Chile ,quizás lo mas fuerte que nos sucedió últimamente, resurge el tema del ser solidario . La gente no se pone a discutir si es necesario, no lo piensa sino que directamente se hace como parte de un sentido común general que nos lleva a ser solidarios.
Es contradictorio, si bien hay ciertos aspectos mas individualistas como veo signos en la sociedad hoy, se ve en situaciones límites que hay algo que todavía esta intacto, y eso es lo maravilloso y lo mas hermoso no hemos perdido los rasgos que nos hacen seres humanos, tiene que ver con la solidaridad , parece contradictorio pero aun hay cosas que se pueden salvar , si se trabaja, y eso sucede con la temática de la solidaridad.

Desde la propia Iglesia se objetan los índices de pobreza que afirma el gobierno nacional existe. ¿Son reales estos índices desde su visión?

Ha aumentado mucho el nivel de pobreza si, nosotros lo vivimos y la gente de la comunidad lo vive, antes no había chicos pidiendo en la entrada de la catedral y si había era uno y hoy encontramos cuatro o cinco chicos en esa situación. Si no fuese así, como dicen los índices no oficiales, no creo que la gente estuviera haciéndolo, no creo que sería algo que harían, está motivado por una necesidad real. Yo he conocido situaciones de familias que estaban bien y en estos tiempos han tenido que llevarse alguna bolsa de alimentos porque no tenían posibilidades.

¿Cómo se sostiene en esta época la fe en personas que no pueden construir un proyecto de futuro por la situación de falta que se vive?

Es un tema difícil porque nosotros entendemos cuando viene una persona necesitada que hablarle de Dios abrirá las puertas de la esperanza pero lo que se ve en principio es su necesidad humana, y ahí se hace difícil, paralelamente, acompañar esa situación desde lo espiritual. Es el comienzo quizás, si hay un chico con hambre lo peor que puede hacerse es hablarle de Dios cuando las necesidades pasan por otro camino; en todo caso primero se le dá a ese chico lo que necesita, para que humanamente este bien porque lo espiritual se apoya en lo humano; entonces despues si se marcará un camino donde lo espiritual y lo humano irán juntos. Lo que no quita, como a veces ha sucedido, que en lo que uno le pueda brindar a la persona necesitada ellos lo ven como que Dios no los abandonó. Independientemente de lo que nosotros creemos Dios se hace presente igual, sea porque el otro puede comprender lo que se quiere transmitir o porque en esto de abrirles las puertas ellos consideran que realmente Dios está.

¿Se han perdido los ideales en los jóvenes a causa de la falta de proyecto?

Tenemos muchas consultas y los chicos están muy desorientados. Yo creo que, mas allá que hay una ingerencia de lo cultural y de muchos factores, el principal factor es que los chicos no se han abocado a trabajar la identidad, no tienen personalidades definidas hay una desorientación, un desconcierto general y aun aunque lo puedan ver tampoco se animan porque va acompañado por una desvalorización. Me toca acompañar un movimiento de adolescentes y veo que los chicos que no se conocen y no saben que hacer de sus vidas, no se animan a tomar ciertas decisiones. Le tienen miedo al fracaso, hay mucha inseguridad de todo tipo y eso acompaña toda una situación que lo hace complejo y, a veces, lo espiritual tampoco puede, no llega a ayudar como quisieramos. Hay que trabajar dos aspectos: lo espiritual pero también lo humano. Los chicos han perdido ideales, los adolescentes de antes conservaban ideales fuertes, hoy vivimos la cultura de la relativización, los jóvenes ni en el presente saben que hacer.

¿Cómo enfrentan los cambios sociales que acompañan a la comunidad?

Hoy es necesario reflexionar sobre la realidad desde una pastoral de respuesta y evaluamos mucho si ella es eficaz, se hace difícil acompañar una comunidad, sumado a las propias limitaciones que uno pueda tener, nos encontramos con una comunidad en la que también hay limitaciones, tanto en lo particular como en lo general, que lo hace mas complicado aún. Sabemos que la limitación está pero en cada quien de una manera diferente y, que en algunas personas, se puede percibir y de ese modo podemos contener, acompañar, pero en otras personas se hace muy difícil. La gente viene con muchas situaciones y la figura sacerdotal que en estos tiempos no es una figura fuerte, para muchos ,a veces, sigue siendo una referencia y en ese punto de vista a nosotros nos compromete y nos exige, no si dolores de cabeza. A veces la gente no viene con problemas espirituales, viene con problemas humanos. Una cosa es escuchar a una persona decir “me cuesta perdonar” buscando una palabra, y desde nuestro lugar se le da como vía de solución la vía de la oración, y se le ayuda quizás a buscar en la misericordia y a darse el tiempo necesario porque es un proceso y así resolver sentimientos negativos. Pero en situaciones que no son afecciones espirituales en situaciones de crisis humanas es necesario tratar primero de solucionar eso. Un ejemplo son las personas depresivas, puede ser que haya un trasfondo espiritual pero no reducimos como única solución solo a eso, porque hay algo que lo llevo a eso, yo siempre trato de contemplar esos aspectos y no reducir los problemas humanos solo al ámbito de lo espiritual, eso es un riesgo. Lo espiritual, es verdad, existe pero despues escapa a mi capacidad y si pienso que hay un trasfondo humano que puede necesitar otro tipo de ayuda, lo derivo. Tenemos un equipo, el CEPAFA (Centro de Pastoral Familiar) en Sarandi, allí trabaja un equipo compuesto por profesionales de diversos campos, donde se contiene y se ayuda y adonde desde la parroquia derivamos personas que sabemos tienen un problema que excede lo espiritual.

¿De qué manera se abordan las problemáticas sociales del desamparo?

Desde la iglesia tenemos el tema de la caridad institucionalizada y se implementa en cada parroquia y canalizamos lo social a través de Caritas. En cada diócesis se ocupa la Pastoral Social, tampoco en todas las parroquias se tienen las mismas posibilidades. Si bien juntamos alimentos, ropa, etc, conseguimos, desde el año pasado, por medio del Municipio, dar una vianda los Jueves a la gente que concurre a la parroquia y si nos alcanza, porque nos dan mas cantidad, también salimos a la noche y le brindamos eso a la gente que está en situación de calle. Si bien la iglesia no tiene como finalidad la acción social, consideramos a la persona en su totalidad y más allá de la ayuda espiritual sabemos de las necesidades humanas y citando a San Agustin sabemos que en las cosas necesarias debe haber unidad; en las dudosas libertad; pero en todas, la caridad.

¿Cómo preparan el año de trabajo en la Parroquia?

Para nosotros es un año especial, mas allá del Bicentenario, que lo es para todos, tenemos al párroco nuevo Gustavo Ercolino quien asumió en el mes de marzo, y continuamos con las actividades diagramadas: la preparación de las fiestas patronales que eso lleva su tiempo, seguimos con los proyectos que tenemos con jóvenes. Una vez que se establezca el nuevo sacerdote se verán las acciones a considerar, pero yo continuo por este año todavía en la parroquia.

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