Luchar por la vida
Por Fernando Landaburu y Susana Marco
Si bien ante nuestra solicitud nos habían escrito una nota que figura en esta página, queríamos conocer a estas mujeres que dieron batalla por la vida y que tuvieron logros importantísimos en materia de temas medioambientales. En las torres de Las Flores al 1600 nos esperaban Marcela Adriani y Silvia Lampmann, quienes nos contaron como en el año 1999 muchas madres se iban encontrando en hospitales y centros de tratamientos porque sus hijos o familiares tenían leucemia o linfomas. Eran todos vecinos del barrio, esto llamo la atención de ellas como de los médicos, quienes tanto en el Hospital Gutierrez de Capital Federal como en el Hospital De Niños de La Plata les plantearon que podía ser por alguna zingueria o algún transformador de electricidad que tuviera PCB. Buscaron pero no encontraron la posible fuente de estas enfermedades que afectaban a los vecinos del barrio generando enfermos muy por arriba de la media.
Ningún vecino de Avellaneda puede olvidar los fuertes y nauseabundos olores que salían en aquel momento del CEAMSE, donde toneladas de basura diaria se iban apilando a alturas de más de 14 metros. Es así que las miradas empezaron a mirar hacia allí; no faltaron las amenazas, las descalificaciones hacia las madres que querían saber por que se enfermaban sus hijos, no faltaron aquellos que decían que no convenía hablar del tema porque iban a desvalorizarse las propiedades pero un grupo de mujeres no claudicó y continuó buscando las causas. Fue así que fueron investigando y estudiando y así encontraron que el CEAMSE genera 173 gases cancerígenos, pero que si hay un incendio se transforman en dioxinas, que hace a esos gases mucho mas dañinos. Fueron los bomberos de Bernal quienes confirmaron estos datos los que ingresaron al predio los días 26 y 27 de diciembre del año 1998 a apagar un incendio que duró quince horas.
Marcela y Silvia nos cuentan que en la Universidad de Buenos Aires se creó una Cátedra de Salud y Derechos Humanos, y que el primer tema que se trató fue lo sucedido en Avellaneda con el CEAMSE. De allí explicaron que los gases que salieron del relleno durante el incendio, fueron mortíferos para los chicos que tenían predisposición genética a enfermar.
Su lucha no terminó con encontrar el motivo, las movilizaciones, la presentación de notas, las reuniones pasaron a ser parte de sus vidas, hasta que finalmente fueron parte importante en el cierre del vertedero de Villa Domínico del CEAMSE. Continuaron siendo parte en el control de las muestras de emisiones difusas que realiza el CONICET, de la toma de aire que se realiza cada tres meses y que estudia la calidad del aire realizada por la CONEA. También lograron que se realizaran tomas en el césped, que se genere un cambio en la metodología del tratamiento del agua, cambiando el cloro por sulfato ferroso, el que resulta menos contaminante. Mientras le dan forma a un proyecto para reciclar la basura del barrio, donde viven mas de 15000 personas, el porcentaje de agua de lluvia que tiene el lixiviado ( líquidos que genera la basura del relleno) alcanza el 93% .
La vida de las madres continúa en plena actividad, con sus sueños, esperanzas y una fuerza enorme forjada en la lucha por la vida, sin bajar nunca los brazos.
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