Trabajo infantil : la problemática
El trabajo infantil es una de las problemáticas más complejas del mundo contemporáneo. Es el derivado obligado de la profundización de los bolsones de pobreza y de una cada vez mayor desigualdad social.
Por Luis Esteban Sobré Revetria
Este mes se celebró el día del niño y el equipo de El Solidario de Avellaneda, junto a un grupo de voluntarios, estuvo en muchos lugares festejando con instituciones de nuestra ciudad. Se repartieron juguetes, golosinas y una sonrisa para quienes en esa edad, sólo piensan en jugar y aprender ó en teoría eso debería pasar. No podemos dejar de lado un reciente informe presentado por la OIT y el Ministerio de Trabajo Argentino que arrojó que más de cien mil chicos trabajan en las calles del Gran Buenos Aires y se trata de menores de 14 años. Aunque las leyes prohíben el trabajo a menores de 14 años, en el Gran Buenos Aires hay un número importante de menores de entre 5 y 13 años que trabajan en la calle, sobre un colectivo o tren, con sus padres o familiares o directamente para un “empleador”. El 9 % de los menores declararon haber trabajado en las cuatro regiones donde se realizó la medición: Gran Buenos Aires, Mendoza, el Noroeste (Jujuy, Salta y Tucumán) y Noreste (Formosa y Chaco). Pero la situación es más dramática si se considera sólo a los que tienen entre 10 y 13 años. En ese caso el porcentaje de trabajadores infantiles asciende abruptamente, con una incidencia que oscila entre el 8 y 15% ; chicos que además repiten el grado o dejan la escuela. Legisladores Nacionales aseguran además que el campo es uno de los grandes explotadores de trabajo infantil ya que durante el primer semestre del corriente año , y como parte del Plan Nacional de Regularización del Trabajo (PNRT), la Delegación Regional de Salta realizó una serie de operativos de fiscalización de huertas en esa provincia. Los resultados sorprendieron a propios y extraños: en las 35 huertas relevadas, se estudió la situación de los 185 trabajadores encontrados, de los cuales 171 se encontraban en negro. Ni hablar de quienes emplean a menores de edad en este rubro en temporada de cosechas de algodón, azúcar y tabaco entre otras.
En la gran ciudad se puede comprobar a diario con la cantidad de chicos que ofrecen limpiar los parabrisas, venden lápices, revistas en subtes y colectivos o directamente piden una limosna a los automovilistas a cambio de realizar alguna pirueta apenas el semáforo se pone en rojo.
La mayoría de los especialistas destaca que el trabajo infantil es una consecuencia de la pobreza en la que viven y que obliga a esos menores a buscar ingresos para el hogar. De acuerdo a los últimos datos del INDEC, el 58,5% de los chicos que tienen entre 5 y 13 años viven en hogares pobres. Pero en el Gran Buenos Aires, la pobreza infantil en esas edades se eleva al 62,7%.
Por tratarse de la región más poblada del país, en el conurbano bonaerense viven 1,6 millón de menores de entre 5 y 13 años, de los cuales el 6,7% admitió estar trabajando.
Los datos más sobresalientes del trabajo infantil son:
- La proporción de niños trabajadores es mayor que la que corresponde a las niñas.
- El trabajo infantil más común es el realizado como ayuda a la actividad laboral de los padres u otros familiares. Pero en ciertas zonas tiene mucha incidencia el trabajo por cuenta propia o para un patrón.
- Uno de cada 4 chicos trabaja en "una situación clara de riesgo personal", como es el trabajo en la vía pública y en medios de transporte.
- La proporción de trabajadores infantiles es mayor en las áreas rurales que en las urbanas.
- En las regiones rurales uno de cada 4 chicos de 5 a 13 años realiza tareas vinculadas al autoconsumo, como el cultivo y cosecha de productos agrícolas o de huerta y cuidado de animales o construcción de vivienda propia.
- La repetición de grado o año de los niños que trabajan y que asisten a la escuela es un fenómeno alarmante ya que una fracción que oscila entre la cuarta y la tercera parte sufrió ese fracaso escolar, con las consiguientes consecuencias para su formación actual y futura, dice el Informe. En contrapartida, la proporción de repetidores es mucho más baja entre los niños que no trabajaron.
Entre el 18 y el 31% de los adolescentes de 14 a 17 años declararon haber trabajado. En Gran Buenos Aires uno de cada 4 trabajadores entre esas edades realiza tareas nocturnas. También en esta franja de jóvenes el abandono escolar es mayor que entre los que no trabajan. Y en las cuatro zonas encuestadas entre el 39 y el 56% tuvo problemas de repetición escolar.
Teniendo en cuenta todos estos datos nos queda la impresión de que algo está fallando. Se habla de asignación universal por hijo, subsidios por parte del Gobierno Nacional con fondos de la ANSES manejados por intendentes oficialistas para personas sin trabajo, en supuestas cooperativas, que terminan no funcionando y sirven para tener cautivos a quienes son beneficiarios.
Esto nos hace pensar que los gobernantes están tratando de tapar el sol con la mano y no ven que, al no tener en cuenta estos factores, siguen condenando a futuras generaciones, como pasó en los años noventa, a los flagelos del trabajo infantil y de la deserción escolar; fuente estos para el cultivo de la falta de cultura que genera brechas cada vez mas amplias en la desigualdad social y raíz de problemáticas asociadas a la inseguridad, el desempleo, el analfabetismo, la violencia, las adicciones, el abuso sexual, las enfermedades de transmisión sexual, embarazo en menores; entre otros tantos males que padece hoy nuestra sociedad.
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